JOSA, Lola (Ed.) / LAMBEA, Mariano (Ed.)
Sumario
I: Introducción: el "Libro de tonos humanos".- Cronología y tabla descriptiva de los tonos editados en este volumen.
II: La poesía: De los romances líricos.- De los 45 primeros romances líricos y otras letras del "Libro de tonos humanos". Edición de textos poéticos.- III: La música: precisiones sobre el término "tono".- Los cancioneros polifónicos más reprensentativos de la primera mitad del siglo XVII.- Acerca del estilo musical del tono humano polifónico.- Algunos aspectos de la relación música-texto.- Recacapitulación; criterios de edición y de interpretación.- Crítica de la edición.
El Libro de Tonos Humanos (Madrid. Biblioteca Nacional, M. 1262) es el cancionero poético-musical más importante del siglo xvii tanto por la calidad de sus composiciones como por la cantidad de las mismas. Compilado por Diego Pizarro, entre 1655 y 1656, contiene más de doscientas obras compuestas mayoritariamente para cuatro voces. En este repertorio figuran romances y romancillos líricos, villancicos, canciones, bailes y diversas letras para cantar agrupadas todas bajo el término «tono humano», género lírico receptor de la sensibilidad poético-musical barroca y de su estética de contrastes.
La trascendencia de su alcance artístico radica en que la música transformó el lenguaje poético en un nuevo cauce expresivo que pudiera decirlo todo sobre el amor, en un momento en el que la poesía erótica tenía como premisa creativa poner en entredicho la primacía de la experiencia, de la realidad, mediante los límites simbólicos del lenguaje.
La nómina de compositores del Libro de Tonos Humanos está formada por los músicos más relevantes de la época, algunos activos en la corte y otros en ambientes aristocráticos y religiosos. Destacan entre ellos Manuel Correa, Filipe da Cruz, Manuel Machado, Bernardo Murillo, Carlos Patiño y Mateo Romero «Capitán», junto a los anónimos cuya identificación continúa resistiendo el paso del tiempo. Los poetas descubiertos en los versos de este repertorio son los célebres Antonio Hurtado de Mendoza, Francisco de Borja y Aragón «Príncipe de Esquilache» y Gabriel Bocángel, entre los anónimos ocultos, también, tras la fama que disfrutaron en su época.
Edición a cargo de Lola Josa y Mariano Lambea.